Eduardo Chillida: Vida y obras
- Cultura
- 05 May 2024
Eduardo Chillida, artista universal
Eduardo Chillida junto a Estudio para el Homenaje a Calder. Foto: Robert Royal
Eduardo Chillida Juantegui, uno de los artistas donostiarras más universales e influyentes del siglo XX, nació el 10 de enero de 1924 y se crió, junto con sus dos hermanos, en una casa de la céntrica plaza Zaragoza de Donostia/San Sebastián, a escasos metros de la playa de La Concha.
Eduardo Chillida (izquierda) de pequeño con sus primos en La Concha, 1926. Foto: Archivo Eduardo Chillida.
Seguramente, el hecho de haber nacido tan cerca de nuestra emblemática bahía, el haber respirado la brisa del mar Cantábrico y sentido la fuerza de las olas en los días más bravos, configuraron la personalidad de este artista universal.
Dicen que la naturaleza, la libertad y la espiritualidad se mezclan y se ven reflejados en sus esculturas y obras artísticas. No nos extraña que el mar y los montes de Donostia y sus alrededores, el ambiente cosmopolita y abierto de la ciudad, junto con una cultura tan arraigada como la nuestra, inspiraran a Eduardo Chillida en todas sus creaciones.
Eduardo Chillida en su estudio de Villa Paz, 1965. Foto: Budd Studio
Ya lo dijo él: “Soy como un árbol, con las raíces en un país y las ramas abiertas al mundo”
A pesar de haber vivido fuera de su tierra natal (Madrid, París...) durante gran parte de su juventud, explorando el mundo y adquiriendo nuevos conocimientos, finalmente decidirá establecerse de manera permanente en el País Vasco, en Hernani, muy cerca de Donostia, consolidando así sus raíces.
Eduardo Chillida en su estudio de Ingeborg. 1990. Foto: Jesús Uriarte.
Esto ocurrirá en 1950, cuando regresa de París a San Sebastián, se casa con Pilar Belzunze y tiene a la primera de sus 8 hijos. En esta época también descubre el hierro como material para su trabajo. Precisamente, este material, con el que no dejará de experimentar, es característico de la tradición rural vasca.
Primera exposición en la Galería Maeght, París (Foto: Galerie Maeght) y Chillida en su taller de Hernani (Foto: Gonzalo Chillida) - Década de los 50
De hecho, será con un material similar al hierro, el acero, con el cuál realizará su obra más conocida y emblemática, el Peine del Viento. En ella fusiona la escultura con un entorno que conoce a la perfección desde su infancia. Este icónico trabajo, que ya forma parte de la imagen y la identidad de la ciudad, es motivo de orgullo para cualquier donostiarra.
Está claro que Donostia no sería tal como la conocemos sin la influencia de Chillida, y, a su vez, Chillida no hubiera sido quien fue sin el impacto de su ciudad natal. Fue en Donostia donde forjó la identidad, el carácter y la esencia que luego plasmó magistralmente en sus obras.
Eduardo Chillida en un partido de fútbol con la Real Sociedad en el Campo de Atocha, 1942. Foto: Archivo Eduardo Chillida
¿Sabías que con 19 años fue portero de la Real Sociedad y que la afición le apodaba “el gato” por su agilidad para saltar? Una lesión de rodilla lo apartó del fútbol, y quizá, gracias a ello, se convirtió en el artista que hoy en día conocemos.
El Peine del Viento, icono donostiarra
Lo encontramos con frecuencia en calendarios, tazas, posters… El Peine del Viento se ha convertido, al igual que la barandilla de la Concha, en parte de la iconografía donostiarra; y no es para menos. Probablemente El Peine del Viento de San Sebastián sea la obra más conocida del escultor vasco.
Esta obra monumental la forman tres esculturas de acero incrustadas en rocas frente al mar, al final de la playa de Ondarreta. Las grandiosas garras de acero, que se fusionan con el entorno, llevan en este lugar tan especial desde 1976, resistiendo el fuerte oleaje y el viento, que entra ya peinado a la ciudad.
Acercarse al espacio artístico formado por el Peine del Viento y su plaza, que simula un anfiteatro, merece mucho la pena. La sensación de fusión entre la tierra, el viento y el mar, son difíciles de explicar. Sobre todo, en un día de mar agitado.
¿Cuántas veces, a lo largo de los años, se pasearía Eduardo Chillida por esta zona, sintiendo la fuerza del mar?
Eduardo Chillida junto a Peine del viento XV en San Sebastián. Foto: Francesc Català-Roca
“Este lugar es el origen de todo. Él es el verdadero autor de la obra. Lo único que hice fue descubrirlo. El viento, el mar, la roca, todos ellos intervienen de manera determinante. Es imposible hacer una obra como esta sin tener en cuenta el entorno. Es una obra que he hecho yo, que no he hecho yo”
- Eduardo Chillida –
Oleaje en el Peine del Viento
Otras esculturas de Chillida por la ciudad
Una parte del trabajo de Eduardo Chillida destaca por su preocupación por el espacio público. Sus proyectos a pie de calle buscaban facilitar el encuentro con la sociedad, la conexión con la naturaleza y la reflexión individual. En Donostia/San Sebastián, además del Peine del Viento, podrás encontrar, algo más escondidas, otras creaciones del artista donostiarra. Te invitamos a dar un paseo por este especial museo al aire libre. ¡Todo un lujo!
Monumento a Fleming (1990) y Escultura Besarkada (1992)
Celebración de su centenario
El 10 de enero de 2024 Eduardo Chillida cumpliría 100 años. Con este motivo, en 2024 se realizará, bajo el lema “Eduardo Chillida 100 años, lugar de encuentro”, su conmemoración internacional, impulsada por la Fundación Eduardo Chillida - Pilar Belzunce. Va a ser una ocasión única, para difundir no solo su obra, sino también sus valores, sensibilidad y aportaciones a la historia del arte contemporáneo.
Eduardo Chillida junto al Peine del viento XV en San Sebastián. Foto: Archivo Eduardo Chillida
A lo largo de este 2024, se irán sumando propuestas y actividades en distintas partes del mundo. Para consultar la programación completa y obtener información actualizada, te invitamos a visitar el siguiente enlace.
Eduardo Chillida junto al Peine del viento XV en San Sebastián. Foto: Archivo Eduardo Chillida
Eduardo Chillida nos dejó el 19 de agosto de 2002 en Donostia, la ciudad que lo vio nacer. A pesar de su partida, su legado artístico, sus ideas y su perspectiva única del mundo perdurarán para siempre.