Esculturas famosas en San Sebastián
Donostia / San Sebastián, museo contemporáneo al aire libre
El arte en espacios abiertos, accesible a todos, es una de las características más representativas de Donostia / San Sebastián. Un paseo por la ciudad permite admirar obras de grandes artistas como Eduardo Chillida y Jorge Oteiza, composiciones que se integran en la fisonomía urbana estableciendo un profundo diálogo con su entorno natural.
Hondalea
Excavada en el interior de la casa del faro vaciada, la obra de Iglesias incorpora la peculiar geología y ecología de la costa vasca y la bravura de las aguas del océano que rodean la isla.
La obra de Cristina Iglesias aporta una renovada concepción de la práctica de la escultura. Su búsqueda del compromiso poético y simbólico entre las obras y el espacio se materializa siempre en un despliegue estético, visual y dinámico.
Cristina Iglesias, desde su propio lenguaje escultórico, interviene y transforma un lugar remoto dentro de la ciudad, convirtiéndolo en un símbolo de la defensa de causas ecológicas y de la conservación medio ambiental.
La obra Hondalea en el faro de la isla Santa Clara
Peine del Viento
Realizado por el escultor Eduardo Chillida (Donostia / San Sebastián, 1924-2002) y el arquitecto Luis Peña Ganchegui (Oñati, 1926-Donostia / San Sebastián 2009), el Peine del Viento es el ejemplo perfecto de belleza en estado puro, un profundo diálogo entre arte y paisaje.
La fusión entre la bravura del mar y la fuerza de las estructuras de hierro han elevado su carácter natural de obra de arte contemporánea a lugar de encuentro y relax para donostiarras y turistas.
Parte del conjunto escultórico del Peine del Viento
Conoce más sobre el Peine del Viento
Construcción Vacía
Desafiando a la fuerza de la mareas, en pleno Paseo Nuevo, se alza imponente la escultura Construcción Vacía, del artista Jorge Oteiza.
La obra, que fue premiada en la Bienal de Sao Paulo hace medio siglo, es hoy día un referente en el mundo del arte contemporáneo; un verdadero tesoro al alcance de todos.
Construcción vacía, aún más espectacular los días de oleaje en el Paseo Nuevo
Paloma de la Paz
En el paseo de la Zurriola, mirando al mar, nos encontramos con la Paloma de la Paz, una escultura de 7 metros de altura diseñada por el escultor vasco Nestor Basterretxea (Bermeo 1924-2014).
La escultura se construyó en la década de los 80 con el propósito de ser un símbolo del compromiso que la ciudad tiene con la paz, la libertad y la convivencia.
Bakearen Usoa (Paloma de la Paz), en el barrio de Sagües. © Sisters and The City
Sagrado Corazón
Custodiando la ciudad, desde la cima del Monte Urgull, la escultura del Sagrado Corazón se sumerge en el paisaje donostiarra. La obra, realizada por el artista Federico Coullaut en 1950, mide más de 12 metros de altura y se ve a una distancia de 4 millas desde el mar.
El Sagrado Corazón en la cima del monte Urgull
Homenaje a Fleming
En pleno Paseo de la Concha, el artista Eduardo Chillida quiso homenajear al inventor de la penicilina con su escultura Homenaje a Fleming. El diseño fue realizado en hierro en 1955, año en el que falleció el científico escocés, pero no fue hasta 1990 cuando el artista esculpió la obra que conocemos, en granito.
Homenaje a Fleming, de Eduardo Chillida, en el paseo de La Concha
La Piedad
La Piedad en la fachada de San Vicente
Esta obra, basada en los bocetos de Oteiza para el friso del Santuario de Arantzazu, fue realizada por el escultor José Ramón Anda y supervisada en todo momento por el mismo Oteiza. La obra se instaló en la fachada de la Iglesia de San Vicente en 1999, siendo la primera obra de Oteiza con la que contó la ciudad.
La Cruz de la Paz
Esta obra de Chillida fue un regalo que el artista hizo a la Catedral del Buen Pastor en su centenario en 1997. La cruz, extraida de una pieza de alabastro, conserva la textura original de la piedra.
Atlas de Esculturas en San Sebastián
Accede al Atlas de Esculturas en San Sebastian creado por el Museo de San Telmo