La costa occidental
De Donostia a Mutriku
En apenas 40 kilómetros, encontrarás, además de los arenales más famosos y de resonantes pueblos pesqueros, un sinfín de caprichos geográficos y una rasa mareal que guarda los secretos tectónicos de los últimos 50 millones de años. Será mejor que le dediques un tiempo.
El pequeño municipio de Mutriku, límite oriental de Gipuzkoa, destaca por su espléndido Casco Histórico, nombrado Conjunto Monumental, con excepcionales casas solariegas y unas calles vertiginosas que se precipitan al puerto. En la orilla, junto a una pequeña playa y la bocana del puerto, encontrarás sus piscinas naturales, únicas en la costa guipuzcoana. A lo largo de Mutriku, Deba y Zumaia se extiende un tesoro de fama internacional: El Geoparque de la Costa Vasca-flysch. Es una caprichosa formación de sucesivos estratos de roca que la acción del mar ha dejado al descubierto y que revelan, como un libro abierto,los cambios biológicos y geológicos de la tierra en los últimos 50 millones de años.
Foto: Debabarrena turismoa
Muchos de los montes de esta zona están alfombrados por viñedos de txakoli, un vino blanco y joven, acompañamiento ideal de mariscos o pescados. Getaria es un pueblo encantador. A pesar de su pequeño tamaño, tiene merecida fama por su península en forma de ratón, sus pescados a la parrilla y por sus ilustrísimos hijos: Juan Sebastián Elcano, el marino que completó la primera vuelta al mundo. Y el modisto Cristóbal Balenciaga, cuyo Museo recoge una colección excepcional con muchas de sus geniales creaciones.
Zarautz puede presumir de tener la playa más larga de Euskadi y una de las extensas de todo el Cantábrico: dos kilómetros y medio. Si hay olas, verás a decenas de surfistas tratando de cabalgarlas. Los pioneros de este deporte en Euskadi surgieron aquí en los años sesenta.
Uno de los días grandes de Orio es la celebración de la Fiesta del Besugo, en julio. Así que ya sabes lo que tienes que pedir si te quedas a comer. Es un pueblo famoso por el remo, verdadera religión, y por sus arrantzales, que capturaron en 1901 el último gran cetáceo del Cantábrico. El escultor Jorge Oteiza y el músico Benito Lertxundi nacieron aquí.
Entre Zarautz y Orio, Aia, con sus vistas sobre el Cantábrico, sus viejas ferrerías y su Parque Natural de Pagoeta es un alto imprescindible.