Antigua, ¡el barrio mágico!
- Donosti Feeling
- 07 Mar 2020
Los del barrio de Antigua, decimos que somos “antiguotarras” antes de “donostiarras”, ya que el barrio más antiguo –valga la redundancia- y mágico –sí, sí, ¡ya veréis!- de la ciudad tiene su propio carácter, además de tener ¡de todo! ¿Qué otro barrio tiene una playa con un parque y un palacio justo encima unidos por un túnel submarino?
Foto @sistersandthecity
Pero Antigua es mucho más que eso, es un barrio de toda la vida donde por sus animadas calles llenas de tienditas y bares con terraza, se cruzan estudiantes de la universidad pública con txikiteros con txapela.
Empezamos el recorrido en Loretopea (que significa ‘debajo de Loreto’) también conocido como Pico del Loro por un error de traducción. Con marea baja, se puede pasar caminando de la Playa de la Concha a la de Ondarreta. Con marea alta, mejor pasar por el túnel submarino Miramart. Mi propuesta: por el día, por la playa y por la noche, por el túnel, que tiene una iluminación muy chula.
De Loretopea subimos al Palacio de Miramar, antigua residencia veraniega de la realeza. La reina Maria Cristina tuvo buen ojo al escoger el como su inspirado en las casas de campo inglesas, pasear por sus jardines o simplemente descansar en el césped mirando al mar, no tiene precio.
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Tras visitar Miramar la playa de Ondarreta es perfecta para darse un chapuzón: la playa de los toldos blanquiazules y chiringuito en la misma arena, es la más familiar de todas. Se pueden alquilar kayak, bañarse en la piscina o llegar nadando hasta la isla. Para los que les parezca demasiado, paradita en el gabarrón (justo en la mitad) y ¡a tirarse por el tobogán!
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Una vez refrescados, nos dirigiremos a uno de los sitios más especiales de Donostia: el Peine del Viento. Es un lugar mágico donde sentarse a mirar el mar o huir de sus embistes. ¡Cuidado con acercarse demasiado a los agujeros del suelo los días en los que el mar esté rebelde! ¡Avisados estáis!
Del Peine del Viento podemos subir a Igeldo donde las vistas son las mejores de la ciudad. Podemos subir en autobús, en funicular de 100 añitos nada menos o en bicicleta los más valientes. Eso sí, ¡la cuesta es muy dura!
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Con tanta subida y bajada, ya nos ha entrado el hambre. Es hora de adentrarse en el alma del barrio Antigua: la Calle Matia. A un lado de la calle, en frente de los jardines de Miramar, hay un frontón para quien quiera jugar (o ver) un partido de pelota.
Al atardecer
Ambiente: bares, restaurantes y pintxopote
La calle Matia es la vidilla del barrio del Antigua, llena de comercios locales, bares y restaurantes. El sitio ideal para tomarle el pulso al barrio y disfrutar de su ambiente. Los jueves a partir de las siete de la tarde además, hay pintxopote.
Ambiente de barrio en los bares Trikuharri, Platero y Drinka: pintxos, bocatas, raciones y menús de muy buena calidad a buen precio. Si buscas algo diferente, te propongo el restaurante Txubillo: cocina de fusión vasco-japonesa o el recién inaugurado restaurante mejicano Mera Mera con sus cervezas artesanales.
La Plaza Sert (con una escultura muy chula en el centro, ¿a qué no aciertas que es? Una pista: ¡se llama Moby Dick!) está llena de terrazas donde tomarse algo. Toma nota, aquí el pintxo pote es los miércoles. Las tostas del bar Mandrágora están buenísimas y la tortilla del bar Lobo también.
Ambiente nocturno
La sala de conciertos Doka ofrece tanto música en directo como encuentros de salsa todos los miércoles. El pub Errotatxo es un bar variopinto para gente de todas las edades.
Recorrer Antigua con Google Maps
Loretopea
Este pequeño peñón que une las playas La Concha y Ondarreta, hace alusión a la Virgen de Loreto (Loretopea significa ‘debajo de Loreto’) que contaba con una ermita que quedó en ruinas en 1876. Ahora encontraremos una pequeña escultura de Chillida: ‘El Abrazo’.
Palacio Miramar
Antigua residencia veraniega de la realeza y actual sede de los cursos de verano de laUniversidad Pública Vasca. El palacio fue diseñado por el arquitecto inglés Selden Wornum y los jardines fueron obra del paisajista Pierre Duchase. En total, el Palacio Miramar y su parque abarcan una superficie de 34.136 m².
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Tunel Miramart
Atravesar este túnel de 29 metros que cruza bajo el Palacio de Miramar y conecta el paseo de La Concha con Ondarreta, es como sumergirse en el mar. Obra del artista Víctor Goikoetxea y del arquitecto Xabier Barrutieta, este túnel une arte, arquitectura, tecnología y energías renovables. Además, el túnel cambia de día a la noche ya que se ilumina al atardecer.
La playa de Ondarreta
La playa de los toldos blanquiazules y chiringuito en la misma arena, es la más familiar de todas. Se pueden alquilar kayak, bañarse en la piscina o llegar nadando hasta la isla. Para los que les parezca demasiado, paradita en el gabarrón (justo en la mitad) y ¡a tirarse por el tobogán!
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El peine del viento
Hay lugares mágicos y el Peine del Viento es uno de ellos. Tanto los días en los que el mar está en calma como cuando las olas golpean la obra del escultor Eduardo Chillida y el arquitecto Luis Peña Ganchegui, este sitio es especial. Las dos primeras esculturas representan el pasado y el presente y se miran entra ellas, ya que el pasado condiciona al presente, pero la tercera, la que más se adentra en el mar, mira hacia arriba, al cielo, puesto que representa al futuro y por mucho que queramos, no sabemos que nos depara éste.
Igeldo
La cuesta para llegar al Monte Igeldo es dura, pero una vez arriba, se te olvida con las vistas! Se puede subir en autobús o en funicular de 100 años de historia. Y una vez arriba, te puedes relajar con un cafecito, comer en un asador (que los hay muy buenos) o montarte en la Montaña Suiza del Parque de Atracciones. ¡Desde ahí las vistas son increíbles y moviditas!
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Pintxopote
Miércoles alrededor de la Plaza Sert y jueves en la Calle Matia.
Parque Zubimuxu
Este parque cuenta con una bonita peculiaridad: un “dantzari” (bailarín tradicional vasco) se asoma en la pirámide hexagonal del estanque y al son de una canción interpreta un baile. El agua del estanque surge del borde superior de dos pantallas de hormigón y de la ranura existente entre ambas. Dos figuras de niños del escultor Paco López en bronce contemplan la aparición del agua entre las dos pantallas.