Palacio de Miramar
Un lugar de película entre dos playas
El Palacio de Miramar fue construido en 1893 a petición de la Reina María Cristina de Austria, quien veraneaba en Donostia/San Sebastián. Tras barajar otros lugares como el Monte Urgull o Aiete, la reina se decantó por este lugar donde había una ermita que tuvo que ser trasladada. Hoy en día, si visitas el barrio del Antiguo, la encontrarás entre sus calles.
Al verlo, el palacio te recordará a las casas de campo de la nobleza inglesa. Diseñado por el arquitecto inglés Selden Womun y construido por el maestro José Goikoa, durante años estuvo en manos de la realeza española, siendo su residencia de verano y también el colegio de Juan Carlos de Borbón.
Audioguía
Palacio de Miramar
En 1973 el Ayuntamiento adquirió el Palacio de Miramar y desde entonces se ha convertido en sede de los Cursos Universitarios de Verano de la Universidad del País Vasco, ha sido escenario de conciertos de la Quincena Musical, y lugar de celebración de numerosos eventos tanto públicos como privados.
Siéntete un donostiarra más paseando por sus jardines
Frente al Palacio de Miramar se extienden unos jardines de un verde intenso, decorados con centros de flores y pequeños árboles y con un fondo de ensueño, la impresionante Bahía de La Concha.
Además, en estos jardines hay una cosa que puedes hacer para sentir la ciudad como un verdadero donostiarra. Y es tumbarte en la hierba y disfrutar de una conversación agradable o de un silencio relajante con la mirada puesta en azul intenso del mar.
Y si lo que quieres es pasear, hay un camino que rodea los jardines y el Palacio Miramar. Un paseo con bancos desde donde podrás contemplar una de las mejores vistas de la ciudad o sentarte a leer tranquilamente.
Recorre los jardines del Palacio de Miramar y descansa en cualquiera de sus bancos
Un abrazo de Chillida a la ciudad
Como en el resto de lugares emblemáticos de la ciudad, en los jardines del Palacio de Miramar, Eduardo Chillida también dejó su firma. Desde esta Atalaya sobre la bahía de La Concha, el artista quiso dejar su abrazo a la ciudad.
Y es que así se llama la escultura ubicada en este lugar. "El Abrazo" es una estela de un metro de altura que Chillida dedicó al pintor donostiarra, Rafael Ruiz Balerdi. El artista regaló esta obra a Donostia/ San Sebastián tras una exposición retrospectiva dedicada al pintor y que se celebró en el Palacio de Miramar.
"El Abrazo" escultura de Chillida en los Jardines del Palacio Miramar
Vistas de la Isla de Santa Clara desde el Pico del Loro
Descubre el secreto que esconde el Pico del Loro
Los jardines del Palacio de Miramar terminan en una colina rocosa que separa la playa de La Concha y la playa de Ondarreta. Cuando la marea está baja, se puede descender hasta la arena y cruzar de una playa a otra por la orilla.
Aunque los donostiarras lo conocen como Pico del Loro. Te vamos a confesar un secreto. La verdad es que este no es su nombre original. Su nombre es Pico de Loretopea y proviene de la ermita dedicada a la Virgen de Loreto, que estuvo ahí hasta 1876 y que fue trasladada al barrio del Antiguo para construir el palacio.
Un túnel que quiere conocer tu opinión
Cuando el mar llega hasta las rocas, para pasar de una playa a otra podemos utilizar un túnel mágico que se encuentra justo bajo el Pico del Loro. MiramArt es un pasadizo peatonal en el que nada más adentrarte sentirás que estás bajo el mar.
Además de una obra de arte, es un túnel inteligente, ya que podrás interactuar con él. Te dará información meteorológica y te avisará del estado de las playas y del mar. Pero también querrá conocer tu opinión, así que no olvides contestar a su encuesta.
Si tienes la oportunidad, atraviesalo durante la noche, porque la iluminación es espectacular.
Tunel del Antiguo decorado con motivos marinos
Un homenaje muy especial de Chillida
Antes de entrar al túnel, justo al final del Paseo de La Concha encontrarás otra de las joyas de la ciudad, una escultura en honor al inventor de la Penicilina.
Homenaje a Fleming es otro de los regalos que Eduardo Chillida hizo a la ciudad. Aunque el diseño fue realizado en 1955, año en el que murió el científico escocés, no fue hasta 1990 cuando el artista esculpió en granito la obra que hoy podemos disfrutar.
Después de pasar por otras ubicaciones en la ciudad, hoy en día se encuentra en un entorno privilegiado. Preside un mirador sobre la Playa de la Concha justo al final del Paseo. Si tienes un rato, siéntate y disfruta tranquilamente de las vistas que te ofrece este punto.
La escultura de Chillida "Homenaje a Fleming" está situada en un mirador sobre la Concha cerca del Palacio de Miramar
La playa más desconocida
La playa de Ondarreta con el Palacio Miramar al fondo
Una vez cruzado el túnel, te encontrarás la playa más desconocida de las tres, la playa de Ondarreta. Con su arena dorada y sus toldos blanquiazules esta playa tiene un encanto vintage que la hace especial.
A los pies del Monte Igeldo y con la Isla Santa Clara de frente, es el lugar ideal para disfrutar de un buen baño. Con un oleaje moderado, permite a los más aventureros ir nadando hasta esta isla ubicada en mitad de la Bahia.
Una playa para pasear, bien por la orilla, o bien por su bonito paseo rodeado de jardines; para practicar deporte; o para zambullirse en el agua. Una playa para disfrutar cualquier época del año.
En el Palacio de Miramar la historia y la arquitectura se funden con el verde de los jardines y el azul del mar para trasladarte a un mundo diferente. No tengas prisa, visita cada rincón y saca una foto de cada perspectiva, comprobarás que no hay dos iguales.