Parque Ametzagaina - Recorrido completo

  • Entrada al parque de Ametzagaina
  • Roble pedunculado situado en la entrada del parque
  • Imagen de detalle del roble pedunculado
  • Detalle de las hojas del roble pedunculado

1. Roble pedunculado

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Roble pedunculado

La visita al parque de Ametzagaina comienza en la entrada del barrio de Intxaurrondo, accediendo por la zona Tuniz, en la que un gran ejemplar de roble pedunculado se yergue imponente junto al seto de la casa que da nombre a este acceso.

Este tipo de roble tiene una gran simbología en la cultura vasca, no en vano, el célebre árbol de Gernika bajo el que se celebraban las juntas y se juraban los fueros, era un centenario ejemplar de esta especie.

Entrando por la derecha, un camino llano conduce directamente al mirador panorámico, a través de una serie de claros y bosquetes situados a la izquierda.

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Entrada al parque de Ametzagaina

1 Roble pedunculado

  • Fresnos, robles y abedules
  • Fresnos, robles y abedules detalle
  • Paseo entre fresnos, robles y abedules
  • Paseo entre fresnos, robles y abedules

2. Fresnos, robles y abedules

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Fresnos, robles y abedules

Si continuamos por el camino de la derecha, en una zona más abierta se encuentra un curioso fresno que presenta cuatro troncos de lisa corteza gris. En la cultura vasca existe la creencia de que sobre un fresno nunca cae un rayo y por esta razón muchos caseríos ponían ramas de este árbol en las puertas de sus casas. En algunos pueblos del País Vasco, aún hoy, en primavera se colocan en la entrada de las casas y caserío las ramas de este árbol para protegerlas.

La noche de San Juan, una noche llena de magia y mitos la hoguera se enciende alrededor de un fresno.

Un poco más adelante, al otro lado del camino, destaca un conjunto de viejos robles y algo más allá, un bosquete formado por abedules reconocibles por el inconfundible color blanco de su corteza.

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Fresnos, robles y abedules

2 Fresnos, robles y abedules

  • Vista general del Mirador
  • Vistas desde el Mirador de Ametzagaina
  • Vistas desde el Mirador
  • Entrada al Mirador

3. El Mirador

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El Mirador

El itinerario continúa suavemente hasta llegar a un amplio y moderno mirador. Situado en una elevación la zona más occidental del parque, esta privilegiada atalaya nos brinda la ocasión de admirar a lo lejos la bahía de La Concha, con los montes Igeldo y Ulia a ambos lados, y el cauce del río Urumea, justo al sur del parque. Este desconocido mirador nos ofrece una vista inesperada y diferente de la ciudad, una preciosa perspectiva que merece la pena venir a descubrir.

La ladera adyacente al mirador es un excelente espacio en pradera donde detenerse a descansar y admirar el paisaje en días despejados.

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El Mirador

3 El Mirador

  • Entrada al fuerte de Ametzagaina
  • Fuerte de Ametzagaina
  • Interior del fuerte de Ametzagaina
  • Fuerte de Ametzagaina
  • Fuerte de Ametzagaina

4. Fuerte de Ametzagaina

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Fuerte de Ametzagaina

El sendero de gravilla que asciende por la derecha del prado permite llegar a una explanada de forma casi ovalada, en la que habita un abedul de tronco retorcido y resquebrajado. Pasando junto a él, se llega a la cima de la colina, situada a 123 metros, donde se encuentra al antiguo fuerte de Ametzagaina. Se trata de un lugar misterioso en el que la vegetación se ha hecho dueña del lugar, creciendo donde antaño estaba el foso, los acuartelamientos, el polvorín y los emplazamientos cañoneros.

El edificio, recuperado gracias a un campo de trabajo en el que tomaron parte tanto jóvenes donostiarras como de la ciudad alemana de Wiesbaden, data de 1875 y fue construido durante las guerras carlistas. Finalizada la contienda, albergó una pequeña guarnición hasta 1891, momento en que fue abandonado y utilizado como cantera para surtir de piedra a las casas cercanas.

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Fuerte de Ametzagaina

4 Fuerte de Ametzagaina

  • Entrada al albergue de jóvenes situado en el camino de Uba
  • Entrada al albergue de jóvenes
  • Indicador del Camino de Uba

5. Entrada y Ermita de Uba

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Entrada y Ermita de Uba

Una vez abandonados los restos arqueológicos, el recorrido transita por unas campas en las que cientos de delicados narcisos colorean de amarillo los prados al comienzo de la primavera. Al llegar al cruce, se debe girar a la derecha para descender por un empinado camino que conduce hasta la entrada de Uba, muy próxima al albergue municipal para jóvenes del mismo nombre, y a la ermita del siglo XIV.

Esta ermita está dedicada a la Virgen de Uba a la que se le atribuye un poder benéfico sobre el sueño infantil. Se dice que los bebes que besen esta imagen el segundo día de Pascua dejarán de tener problemas para dormir durante el año. Esta vieja tradición sigue aun presente entre las y los donostiarras.

La Virgen es una talla mariana, con un desproporcionado niño Jesús en sus brazos, tiene unos treinta centímetros de altura, de talla popular estofada en madera y se fecha en el siglo XV.

Parece ser que antiguamente la virgen estaba ubicada en una hornacina situada en las murallas de Donostia, sobre la denominada Puerta de Sancho pero en la época de Carlos V, la figura fue trasladada de las murallas a Uba, donde pasó a ser conocida como Virgen del Dulce Sueño.

En el año 2010 fue cedida en uso a la comunidad ortodoxa y la ermita ha sido embellecida al estilo oriental bizantino.

Continuando con el paseo, que desciende lentamente bajo el tupido follaje de una zona boscosa, se accede finalmente a un claro abierto entre la vegetación. En esta zona abundan los mirlos, que, al verse sorprendidos, revolotean entre la hojarasca y las ramas de los arbustos.

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Camino de Uba

5 Entrada y Ermita de Uba

  • Olmos Ibéricos
  • Olmos Ibéricos

6. Olmos Ibéricos

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Olmos Ibéricos

Siguiendo el camino hasta parajes más soleados, se encuentra un panel didáctico indicando un bosquete muy particular de olmos ibéricos. Estos ejemplares, plantados en un proceso participativo impulsado por el Ayuntamiento de San Sebastián y la Asociación Zerynthia, fueron seleccionados por su resistencia a la enfermedad de la grafiosis, para favorecer la recuperación de la mariposa Satyrium W-album, muy sensible y cuyas poblaciones están disminuyendo en toda Europa.

A partir de ese punto, el camino comienza un paulatino ascenso en dirección al este, con la referencia del cercano monte de San Marcos siempre presente.

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Olmos Ibéricos

6 Olmos Ibéricos

  • Vista general de la Charca con vegetación
  • La Charca
  • Detalle de La Charca
  • Detalle de la vegetación situada alrededor de La Charca

7. La charca

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La charca

Escondida entre la vegetación, existe una gran charca en la que habitan numerosos tritones y libélulas.

Tradicionalmente se ha considerado a estas masas de aguas como insalubres y foco de infecciones, sin embargo, hoy sabemos que juegan un importante papel ecológico para el mantenimiento de las comunidades de anfibios, reptiles y aves. Por ello, no solo se están preservando las que existen, sino que se han recuperado muchas de las que habían sido disecadas.

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Charca

7 La charca

  • Cráter artificial para ver las estrellas
  • Cráter artificial para ver las estrellas
  • Bancos en el paseo alrededor del cráter artificial
  • Paseo alrededor del cráter artificial

8. Cráter artificial para ver las estrellas

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Cráter artificial para ver las estrellas

El itinerario conduce directamente a un cráter artificial, en cuyo interior se puede descansar tranquilamente, aunque su verdadera función es permitir la observación de los cielos nocturnos sin las molestias de las luces de la ciudad.

No hay muchas cosas más mágicas que alejarse de las luces de la ciudad para admirar nuestro firmamento. Este recóndito lugar nos permite alejarnos de la contaminación lumínica alejándonos muy poquito del centro de Donostia.

Cuando desaparecen las nubes y el cielo se presenta claro y limpio, este curioso cráter nos permite contemplar el cielo estrellado de San Sebastián y vivir toda una experiencia.

Desde el interior se debe seguir el sendero de monte, para pasar junto a un grupo de laureles cerezo de grandes y lustrosas hojas.

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Cráter artificial

8 Cráter artificial

  • Mesas en el área recreativa
  • Zona de juegos en el área recreativa
  • Zona de juegos en el área recreativa
  • Paseo alrededor del área recreativa

9. Área recreativa

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Área recreativa

Antes de llegar de nuevo a la entrada de Tuniz, final de este recorrido circular, la ruta atraviesa diversos espacios de esparcimiento. Primero, una zona habilitada para la práctica de ejercicio físico, luego, un sorprendente parque de troncos y redes para la diversión infantil, y finalmente, un área recreativa, con mesas y bancos dispersos entre arbolillos.

El parque también acoge un yacimiento arqueológico de edad gravetiense, datado hace aproximadamente 27.000 años, y considerado el más antiguo de la ciudad.

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Área recreativa

9 Área recreativa

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